Notas de prensa
UNA TREINTENA DE ORGANIZACIONES EUROPEAS PIDEN A LA UE QUE RESTRINJA LA PRESENCIA DE SUSTANCIAS TÓXICAS EN LOS PAÑALES INFANTILES DESECHABLES
- La agencia francesa de seguridad sanitaria ANSES ya había denunciado la posible presencia de numerosas sustancias tóxicas en 23 referencias comerciales de pañales infantiles de un solo uso
- Hogar sin tóxicos reclama que se aplique el principio de precaución, ya que un niño puede necesitar unos 4.000 pañales en sus primeros años, lo que podría suponer una exposición continuada en una edad de especial vulnerabilidad
- Francia ha aportado pruebas de que en estas prendas puede haber presencia de sustancias con serios perfiles de peligrosidad, tales como dioxinas, hidrocarburos aromáticos policíclicos o formaldehído
Madrid, 26 de enero de 2022.– Un total de 28 organizaciones europeas de salud ambiental[1] han enviado hoy una carta abierta a la Comisión Europea instándola a adoptar medidas restrictivas en toda la UE sobre la presencia de una serie de sustancias tóxicas en pañales de bebé de un solo uso, en cumplimiento del Reglamento REACH sobre sustancias químicas[2]. Las organizaciones firmantes de la misiva, entre las que se encuentra la española Hogar sin tóxicos, recuerdan a la Comisión que está obligada a “tener en cuenta la vulnerabilidad particular de los recién nacidos y niños pequeños que esta importante restricción pretende proteger”.
La carta, dirigida específicamente a la Comisaria Europea de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, y a los comisarios de Mercado Interior y de Medio Ambiente, busca dar apoyo a una iniciativa de la Agencia francesa para la Seguridad y Salud Alimentaria, Medioambiental y Ocupacional (ANSES) que, en 2020, presentó una propuesta fundada[3] para restringir en toda la UE un grupo de sustancias extremadamente peligrosas en estos productos, con el objetivo de reducir los riesgos para la salud en bebés y niños menores de tres años. ANSES aportó pruebas de que muchos pañales pueden contener numerosas sustancias tóxicas entre ellas algunas con serios perfiles de peligrosidad, tales como hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), policlorodibenzo-p-dioxinas (dioxinas o PCDD), policlorodibenzofuranos (furanos o PCDF), policlorobifenilos (PCB) y/o formaldehído[4], para las cuales pide una restricción muy exigente de su presencia.
Tal y como recoge ANSES en su informe, un niño puede necesitar unos 4.000 pañales en sus primeros años. Por lo tanto, la posible presencia de sustancias tóxicas en estos productos podría llevar a que millones de niños europeos se expusieran a ellas durante varios años de forma ininterrumpida. El informe francés describe que la exposición a largo plazo a estos químicos está asociada con cáncer, daño al sistema reproductivo y efectos hepáticos, inmunológicos, neurológicos, metabólicos y endocrinos, que a veces pueden manifestarse más adelante en la vida. Por otro lado, el informe apunta que no se puede descartar la posibilidad de una exposición acumulativa a través de varias vías que aumente los riesgos.
Los niños son más sensibles a los tóxicos
El director de Hogar sin tóxicos, Carlos de Prada, subraya que “los niños son un eje prioritario de atención en relación a los posibles efectos de las sustancias tóxicas, ya que tienen una mayor vulnerabilidad que los adultos por una serie de razones concretas como estar en desarrollo, tener una piel más permeable y sensible o la inmadurez de sus sistemas de eliminación de tóxicos. Por ello es esencial reducir en la medida de lo posible su exposición a una serie de sustancias preocupantes, como las que puedan entrar en contacto con su piel”.
Para Dorota Napierska, de Zero Waste Europe, entidad que encabeza la iniciativa junto a European Environmental Bureau (EEB), Health and Environment Alliance (HEAL) y Client Earth, “todos los consumidores tienen derecho a productos seguros y sin tóxicos. Más aún esos millones de bebés que llevan pañales de un solo uso cada día y cada noche durante varios años. Las posibles sustancias químicas tóxicas presentes en estos productos deben ser reguladas urgentemente por la Unión Europea”. El informe de ANSES propone una serie de medidas concretas para eliminar o reducir la presencia de tóxicos en los pañales, sustancias que pueden proceder bien de las materias primas, bien de los procesos de fabricación[5].
Según Carlos de Prada, “en Hogar sin tóxicos y en otras entidades europeas que trabajan en el ámbito de la salud ambiental estamos preocupados acerca de cuál pueda ser la decisión de la Comisión Europea, en vista de la pésima postura mostrada por la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA), que se ha venido oponiendo repetidamente a la propuesta francesa, restando importancia a los riesgos”. La ECHA ya ha emitido varios dictámenes[6] sobre el tema.
Críticas a la actuación de la ECHA
Lamentablemente, tal y como se denuncia en la carta dirigida a la Comisión, los Comités de Evaluación de Riesgos[7] de la ECHA conceden “un peso excesivo a las afirmaciones de la propia industria” a pesar de no basarse en adecuados estudios epidemiológicos y sobre la transferencia y absorción de los tóxicos a través de la piel de los bebés, mientras apenas se prestaba atención a los potentes datos científicos del informe francés. En la carta también se llama la atención sobre la flagrante contradicción de la ECHA que, por un lado, reconoce que la presencia de las sustancias tóxicas en los pañales puede representar un riesgo y admite que lo mejor sería reducir o eliminar su presencia[8], pero por otro lado decide no apoyar la propuesta francesa, alegando la existencia de algunas incertidumbres.
Las entidades que suscriben la carta afirman que “las incertidumbres existentes no deben utilizarse para desacreditar la restricción, sino más bien para apoyarla en el objetivo de una mayor protección de la salud”, especialmente cuando se está hablando de un grupo de población especialmente vulnerable. En efecto, tal y como insiste Carlos de Prada, “el principio de precaución, que en teoría es preceptivo en Europa, dicta que cuando hay evidencias de riesgo, ante cualquier posible duda, siempre debe actuarse en pro de la salud. Sin escudarse en cualquier mínima incertidumbre, real o supuesta, para proteger ciertos intereses económicos y no la salud. Es fácil alegar que a lo mejor queda algún detalle por conocer para no actuar”.
Se discuten también en la carta abierta los argumentos de la industria considerados por la ECHA[9] acerca de que la presencia de algunos tóxicos (como las dioxinas, entre otros) no se deba a los procesos de producción como el blanqueo de la pulpa sino a una pretendida “contaminación de fondo inevitable”. Por ejemplo, aunque muchos productores europeos de pulpa de celulosa han mejorado sus procesos, una parte importante de la que se utiliza en Europa para fabricar pañales, tampones, toallas higiénicas y otros artículos procede de Estados Unidos, donde no se cuida tanto la cuestión.
Por último, las organizaciones firmantes[10] recuerdan a la Comisión Europea que la Estrategia de la UE sobre productos químicos para la sostenibilidad marca que se deben fabricar productos libres de sustancias químicas nocivas.
[1] La carta es una iniciativa de Zero Waste Europe (ZWE), European Environmental Bureau (EEB), Health and Environment Alliance (HEAL) y Client Earth. Firmantes: Arnika (Czech Republic), Ciel (Switzerland, Corporate Europe Observatory (Belgium), Ecobaby Foundation (The Netherlands), Ecocity (The Netherlands), Energy Transition (Belgium), Fodesam (Spain), Forbrugerrådet Tænk (Denmark), Gallifrey Foundation, Générations Futures (France), Health and Environment Alliance (Belgium), Health Care Without Harm (Global), Hej Support (Germany-Canada-Russia), Hogar sin Tóxicos (Spain), Humusz (Hungary), International Chemical Secretariat ChemSec (Sweden), No plastic in my sea, Plastic Soup Foundation (The Netherlands), Réseau Environnement Santé (France), Rezero (Spain), Sciaena (Portugal), Tegengif (The Netherlands), The Nappy Alliance (UK), WECF (France), WEN, Zero (Portugal), Zero Waste Lviv (Ukraine), Zero Waste Europe (Belgium)..
[2] Annex XV Restriction Report Proposal for Restriction. Con base en el artículo 68(1), REACH.
[3] ANSES, 2020. ANNEX XV Restriction report proposal for a restriction of substances in single-use baby diapers. https://www.anses.fr/en/content/anses-proposes-eu-wide-restriction-hazardous-chemicals-disposable-diapers
[4] Sécurité des couches pour bébé Avis révisé de l’Anses Rapport d’expertise collective Janvier 2019 – Édition scientifique https://www.anses.fr/fr/system/files/CONSO2017SA0019Ra.pdf
En 2016, 2017 y 2018, el Instituto Nacional del Consumidor (INC) y el Servicio de Laboratorio Conjunto (SCL) realizaron pruebas en pañales enteros triturados y en partes de pañales triturados con el fin de buscar la presencia de sustancias químicas. La extracción de las sustancias se realizó por solvente con el fin de extraer el máximo de sustancias químicas posibles de 23 referencias para el INC (2017, 2018) y el SCL (2017). Las pruebas se basan en las referencias comerciales más vendidas en el mercado francés, así como marcas de distribuidor y los llamados pañales ecológicos.
[5] Entre ellas, reforzar los controles y una serie de medidas concretas en la fabricación monitorizar la temperatura durante el calentamiento para evitar la formación de HAP, verificar los procesos de blanqueo y eliminar ciertos tintes.
[6] Registry of restriction intentions until outcome – ECHA (europa.eu)
[7] RAC
[8] ECHA,2021. RAC Opinion on an Annex XV dossier proposing restrictions on Substances in single-use baby diapers
[9] SEAC Draft Opinion on an Annex XV dossier proposing restrictions on Substances in single-use baby diapers, ECHA 16 September 2021
[10] Más información en informes como: Comments from the European Environmental Bureau (EEB), the Health and Environment Alliance (HEAL) and ClientEarth on the restriction of substances in single-use baby diapers (June 2021); Contribution from the EEB, HEAL and ClientEarth to SEAC’s draft Opinion on the single-use baby restriction (November 2021)